miércoles, 28 de febrero de 2018

SAN MARTÍN DE FRÓMISTA

HISTORIA:
La iglesia de San Martín de Frómista, situada en el Camino de Santiago, fue construida en la segunda mitad del siglo XI por orden de doña Mayor de Castilla como parte de un monasterio de San Martín, hoy desaparecido. Las primeras noticias en las que se hace referencia a esta iglesia datan del año 1066, en el que ya se había iniciado su construcción. Su estilo se relaciona con el románico de la zona de Palencia así como con la catedral de Jaca ya que alguno de sus canteros pudo haber trabajado en esta edificación. En el año 1118 pasó a depender del priorato benedictino de San Zoilo, en Carrión de los Condes Los monjes lo abandonaron poco después, en el siglo XIII, y lo cedieron a Don Juan Gómez de Manzanedo. Tras cambiar de mano en varias ocasiones durante la Edad Media, y tras su definitiva separación del monasterio, la iglesia sufrió diversos añadidos durante el siglo XV: una torre que serviría de campanario sobre el cimborrio original, y varias dependencias que hicieron de sacristía. Tras estas últimas noticias medievales, el templo sufre un progresivo deterioro, que lleva a que a finales del siglo XIX sea declarado inadecuado para el culto.
Tras su cierre, el deterioro se acelera, con varios desprendimientos en la bóveda y las paredes. Varios informes emitidos durante esta época reflejan el preocupante estado de la edificación que amenazaba ruina.
La labor de restauración del templo se inicia poco después de su declaración como Monumento Nacional en 1894. Las labores de restauración quedan en manos del arquitecto Manuel Aníbal Álvarez Amoroso, quien se propone devolver el templo a su estado original, eliminando los añadidos posteriores. Los capiteles y canecillos más deteriorados fueron trasladados al Museo Arqueológico de Palencia, y sustituidos por reproducciones. Las tareas de reconstrucción finalizan en 1904, fecha en la que definitivamente se reabre al público. En la actualidad puede contemplarse, en el interior de la propia iglesia, una maqueta que representa su situación en el momento de acometer su restauración.

EXTERIOR:
La apariencia exterior de la Iglesia de San Martín de Frómista es característica del periodo románico en que fue construida. Sobre sus naves, de escasa altura, destacan el cimborrio octogonal sobre el crucero y las dos torres cilíndricas a ambos lados de la fachada principal. Las tres naves, con bóveda de cañón, la central más ancha y alta que las laterales, terminan en tres ábsides circulares. Desde el exterior se advierten sus muros sólidos, con escasos ventanales con arcos de medio punto en los ábsides y en los laterales del templo. En las fachadas, a modo de cornisa, se extiende un adorno ajedrezado de piedra a diferentes alturas. Además, bajo los aleros de las puertas y tejados hay más de 300 pequeños canecillos, con figuras similares a gárgolas, representando animales, seres humanos y seres mitológicos o fantásticos. Sobre la puerta principal hay un crismón de seis brazos, de dudosa antigüedad. La iglesia tiene cuatro entradas, una en cada una de sus fachadas, aunque sólo dos permanecen útiles: la de la fachada principal, la más ricamente adornada de todas, y la de la portada sur (actual puerta de entrada al público). La puerta de la fachada norte está tapiada. Además, en la foto de la vista de la fachada principal de San Martín de Frómista, en la foto de arriba, se puede ver (aguzando mucho la vista) la figura de un pollo colocada como si fuese una gárgola. Está situada
en la punta de la torre izquierda.


Mar Seguí Escriche.

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